Todos rajan de ellos, pero todos los ven. No importa si son grotescos o morbosos, igualito los vemos… el chisme nos gana, pues. O quizás no hay nada más que ver a esa hora… ¿o será que, en cierto modo, vemos algo de nosotros en esas personas que abiertamente cuentan que nunca quisieron a su hermano mayor, o que su hija no sabe que es adoptada? (solo son ejemplos, nada de «reality», jeje)…
No sabes que la vida supera a la ficción, cualquier cosa que veas en esos programas seguro que se quedan cortos con lo sucede en la vida real. Oye tu sabes que ……
Me imagino, la realidad es tan amplia que nunca podremos reflejarla en su totalidad. Lo que no entiendo es esa tendencia a presentar casos lúgubres, novelescos, exagerados… ¿acaso no hay en la vida episodios felices?
Los episodios felices y las relaciones sanas NO VENDEN. Así está el área consumista del mundo (yo ando en otro lado).
¡¡¡Besitos!!!
O sea, sí hay episodios felices… el problema es que nadie se da cuenta de que sí venden… por ejemplo, las comedias románticas… hasta el cinéfilo más refinado las ve en sus ratos de ocio porque, aunque no son un dechado de virtudes artísticas, tienen su no sé qué que provoca sonrisas llenas de paz… ¿¿¿o no??? Al final igual dices: qué misia esta sonsera, pero el saltito alegre en el corazón nadie te lo quita… volviendo al inicio, debería haber Reality Shows más positivos, más ejemplares… creo que sí venderían.