Sentir… ¿quién define «sentir»?

Hace unos días, mientras esperaba que cambiara el semáforo, empecé a hacer zapping en mi radio del auto y me encontré con Sentir de Marcos Llunas. No la oía hacía años, estaba algo feeling, así que decidí pararla ahí. «Variedad de emociones, de risa, de calma, de risas y llanto, de intensa pasión». Me quedé pensando… qué lindo, realmente lindo. Me recordé escribiendo papelitos que metía en la caja de galletas que solía regalarle a mi ahora ex novio, o paseándome de un lado a otro de mi cuarto mirando con el rabillo del ojo el celular, a la espera de una llamada mágica… repito: realmente lindo.

Sin embargo, ¿qué pasa cuando, de pronto, el solo del saxofón termina y un triste contrabajo empieza a hacer sonar sus primeras notas? Porque llega el día, sí, aunque uno no lo quiera, en que eso ocurre. Y la presión del trabajo comienza a cargarnos… y la crisis generacional hace su entrada -le llamo yo la «edad del pavo adulto»-… y llega un muchacho nuevo, simpático e irreverente a trabajar directamente -o indirectamente, para el caso, da igual- con nosotros. Uuuuy… como que las emociones, la risa y la pasión se esconden… ya no hay maripositas en el estómago… ya no baila un gusano en la tripa, dirían las chicas de Ella baila sola.

¿Qué pasa en este momento? Fácil. «Ya no te quiero como antes». «Ya no me haces SENTIR». «Necesito un tiempo para pensar». Como dirían los gringos, bull shit. Todas las excusas de pronto aparecen en la pizarra y venga el rompimiento, la separación, el divorcio o como lo llame cada quien según su status.

Vuelvo al inicio de la canción: «Sentir, ¿quién define ‘sentir’?». Me encantaría definirlo como las ganas de ver Transformers abrazadita de mi galán, como el mensajito que me llega a las 11 p.m. para desearme buenas noche, o como los alfajores que corriendo bajé a comprar para decorarlos con una linda tarjeta. Sin embargo, la conciencia me grita que no. Que no es así. Que eso dura lo que dura: un instante de ilusión, unos obsesivos segundos de feeling y los 3 minutos de Canción de Amor. No more. Por tanto, paso a la definición racional, la que, pienso y digo yo, debe mover nuestros actos y acabar con tanta disolución en el mundo: SENTIR* sería el deseo de compartirse con otra persona de manera completa, sincera y libre. Un día con pasión, otro día con sueño. Un día con un beso chupón, otro con uno volado. Un día con variedad de emociones, de risa y de calma… otro día simplemente con la paz de saber que él/ella está ahí. Con su pimienta, su culantro y hasta su ají, pero ahí. Pienso que cuando se SIENTE, eso suficiente… porque en el fondo, aun cuando pareciera que no hay nada en el corazón, sí lo hay… porque ya no se buscan razones, «contigo me basta, si llenas mis ansias (…) a la vida no le pido no le pido nada, tú me vales por tres».  

*Me refiero aquí a las relaciones pensadas a mediano, largo o eterno plazo. Los choques y fugas forman parte de otro costal.

13 comentarios en “Sentir… ¿quién define «sentir»?

  1. Siempre he creído que las maripositas en el estómago son parásitos, y que se cura con una buena purga; por eso nunca entenderé ese afán de querer basar algo tan importante como quién puede ser el amor de mi vida, en una cosa que es producto de una mala costumbre alimentaria.

    Tendemos a confundir el afecto con la relación. La relación es un acto de la voluntad, el afecto es algo que surge por razones muy variadas y así como viene se puede ir. El afecto al igual que la pasión son complementos del amor, si es que de eso estamos hablando; pero no son el amor mismo. Ciertamente no se puede entender un amor desapasionado, pero tampoco debe confundírseles.

    Ojo, una relación pensada a mediano o largo plazo ya no es relación… o por lo menos no es la relación a la que te refieres. El amor es eterno, aunque dure 5 segundos.

  2. Creo que entiendo a Carlos. Yo tuve un novio que siempre me recordaba, muy bueno él, que nuestra «relación» terminaría cuando él se fuera de Piura. Tuve otro, el más seriecito y formal, que siempre repetía: «Lástima que las relaciones duren tan poco y uno no tenga tiempo de hacer todas las cosas bien», o el alternativo más jodido: «¿Acaso crees que nunca vamos a terminar?».

    So… ¿Cómo funcionas en una relación tan condicionada? ¿Cómo llamarle relación a eso si, a fin de cuentas, se trata sólo de dos personas acompañándose, sin más? No se trata, por supuesto, de pensar en casarte con el niño precioso ese, apenas empezar a salir con él, pero creo que tampoco es justo ir por la vida midiendo la cantidad de amor y confianza que das a tu pareja, porque sabes que en algún momento se va a acabar.

    Es una joda, es lo que todo el mundo hace, pero bueno. Yo por no hacerlo, he tenido el corazón hecho añicos muchas veces…

    Yo ahora siento que quiero querer a un muchacho muy bueno, que me inspira mucha confianza y mucho cariño. Evidentemente, quiero conocerlo, saber de qué va, cómo va, en fin… No tengo mariposas en la pancita, sino como sobresaltos en el corazón y me hace ilusión saber que le veré en pocos días. No espero nada más que estar un ratito con él. En fin, creo que me ha dado esos «enamoramientos contemplativos» sólo porque sí, sin pensar mucho en la conveniencia del caso, que dicen es lo que hace la gente “adulta”.

    El otro día un amigo de por acá, limeño, con novia española, me decía frente a ella, en una sesión de drogas y alcohol, que yo no debía fijarme en alguien por cómo se comporta con los demás, sino conmigo. Detalles como que prepare el desayuno todos los días, etc., etc., etc…

    El chico en cuestión, cuando pelea con su novia, española dulce, viciosa y tantito inmadura, le llama «puta» como si tal cosa, y dice que yo no sé lo que quiero, al manifestarle que mi niño me gusta porque es muy dulce, trata con mucho cariño a sus amigos y a los niños con los que trabaja y tiene mucha ilusión y esperanza en la vida.

    No sé, pues. Todos me andan dando clases de madurez y rigidez emocional (que no consiste en reprimir los deseos, aunque estos sean excesivos, sino en «no enamorarse»), pero soy más terca que una mula.

    Por cierto, esa canción de Llunas es muy bonita. Siempre me ha parecido bastante inteligente, sobre todo aquello de: «seré tu amigo, estés donde estés. Seré tu fuerza cuando pierdas la fe»… Amistad, lo más bonito del mundo. Amistad dentro de una pareja, lo más importante.

    ¡Besitoooo!

  3. Miércoles, Angela. Estamos pasando por situaciones parecidas… muy parecidas, diría yo, en lo que se refiere a lo que la madurez dicta y lo que realmente pasa por nuestro corazón.

    Sin embargo, tan mal no estamos… si le damos más importancia a la amistad previa y, como Carlangas, tenemos un concepto de «relación» un poco más inteligente, algo bueno nos espera (y en este momento, me provoca corear «me muero por decirte, que el mundo se equivoca, se equivoca» (La Quinta Estación).

    Y yo también soy terca, como una mula… pero ya voy aprendiendo a no machetear tanto a mi corazón, vaya a ser que me pase la factura algún día :s jaja… confianza, Angela, estoy segura de que aun con nuestros vericuetos emocionales, Dios nos tiene listo un pastel que está a punto de salir del horno :p

  4. ¡Me muero por decirte que el mundo se equivoca!… Canta con confianza, amiga, que si al final las equivocadas somos nosotras, de todos modos se nos pasará el dolor, jejejeje
    Un abrazote!

  5. >>»Me queda la duda acerca de lo último… “una relación pensada a mediano o largo plazo ya no es relación”. ¿Qué sería entonces? ¡Espero con ansias la respuesta!»

    En mi tierra los llaman choque y fuga; pero claro la gente piensa que solo son malos sin duran una hora o una noche; pero ¿Por qué dejan de ser malos si duran 2 años o un lustro? Es decir, porque se juzga la duración y no la intención de las personas. Es como si dijéramos: es malo molestar a un niño 5 minutos, pero si lo haces por un año ya no es (tan) malo. Al final lo que se establece es la soledad de dos en compañía, como leí sabra Dios donde.

    >>El otro día un amigo de por acá, limeño, con novia española, me decía frente a ella, en una sesión de drogas y alcohol, que yo no debía fijarme en alguien por cómo se comporta con los demás, sino conmigo. Detalles como que prepare el desayuno todos los días, etc., etc., etc…

    Esto es lo más curioso y ezquizofrénico que he leído sobre el amor. Cómo será eso: no importa que le guste golpear mujeres por la calle, que sea violento con sus amigos, mientras te sirva el desayuno antes de golpearte a tí también o te traiga una caja de bombones después de hacerlo. Es un consejo imbécil que va diciendo la gente que ya ha olvidado de qué va aquello que nuestros abuelos llamaban amor. Se olvida que el amor no es detallitos, que yo no quiero alguien que me sirva desayuno todos los días (para eso contrato a alguien que esté potable y a la que no tenga que escuchar sus problemas). Amar es conocer al otro en todas sus facetas e incluso como persona… y eso muchas veces se revela no tanto en como se comporta conmigo (que cabe mentira) sino en como se comporta también con los demás.

    >>En fin, creo que me ha dado esos “enamoramientos contemplativos” sólo porque sí, sin pensar mucho en la conveniencia del caso
    El enamoramiento es siempre contemplativo, pero es amor es activo.

  6. Una vez un amigo me dijo que si me guiaba solo por el sentimiento estaba perdido, creo que tiene razon en cierta medida, pero que haces cuando sientes tanto por alguien?…

  7. Soñador

    Disculpa la demora en responder.

    Las personas tenemos sentimientos, pero lo que realmente nos define como tales son la inteligencia y la voluntad.

    Cuando tomamos una decisión, lo que debe primar es aquello que nos dice nuestra razón, pues es ella quien -en teoría- tiene el criterio suficiente para valorar los argumentos y emitir un juicio. En el amor ocurre lo mismo. Si bien se puede llegar a sentir mucho por alguien -lo cual es bueno-, debemos usar nuestra inteligencia para revisar si la relación es adecuada y conveniente para ambas partes, para que juntos logren ser mejores y amarse cada día más.

    A veces es difícil, sí, pero no imposible, ya que los sentimientos se pueden manejar -vuelvo al inicio-, también con nuestra razón.

  8. Si de acuerdo la inteligencia y la voluntad que buscan el bien y la verdad, coincido contigo, pero a veces el amor nos desborda y se convierte en un huracan que nos subsume en una poesia eterna… y quién nos salva?

  9. Si el amor te subsume en una poesía eterna, algo está fallando. No existen los Florentino Ariza… ni siquiera lo suyo era amor puro, pues se andaba regalando por aquí y por allá solo para satisfacer su placer sexual. El amor implica cabeza y corazón, en eso consiste la madurez afectiva. Si la soga tira más de un lado, es que falta el equilibrio.

  10. No creo que sea la inteligencia y la voluntad la que nos definan, tenemos ambas y son facultades muy altas; pero nos servimos de ellas para conocer y querer pero no somos lo que queremos ni lo que pensamos, soy el que quiere y el que piensa, el que se encuentra detrás de ellas. Si alguien quiere venir en pos de mi tiene primero que amarme, de lo contrario permanezco oculto a su mirada.
    Si un sentimiento te subsume en cualquier realidad, pues ciertamente es un obstáculo; pero cierto es también que hay sentimientos que te elevan hacia esa poesía eterna. Pero el sentimiento que te eleva, que te impulsa, no es tampoco el amor. Lo de Florentino Ariza quizá si fue amor en un inicio, pero pudo más lo sentimental y ellos tiraron hacia abajo, y después lo teníamos quejándose de que se sentía vacío. Alguien debió decirle aquello de Tomás de Aquino: «si el amor no es correspondido, es mejor destruir el amor».
    Saludos

  11. Carlangas, hay mucha hondura en tus palabras, incluso me conmueve tu inteligencia, llegue a esta web de casualidad y me atrapo Majo con su deliciosa versatilidad en sus escritos, tan sólo quiero agradecerles por su preclara consciencia y espero poder llegar a construir una amistad…

  12. Mil gracias por tus comentarios, Soñador. Carlangas es, sin duda, una mente brillante que nos termina aclarando a todos.

    Por cierto, coincido en que no somos lo que queremos ni lo que pensamos, pero sí podemos poner en funcionamiento esas potencias para amar con inteligencia, voluntad y libertad. No desprecio los sentimientos para nada, al contrario, pero sí creo que en nombre de ellos a veces cometemos muchos errores.

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